El tristemente célebre explosión de rabia contenida de Zinedine Zidane en la gran final de Alemania 2006 constituye un legado de controversia. Las generaciones de aficionados aún no alcanzan a comprender cómo el virtuoso mediocampista sucumbió a una provocación insidiosa al lanzar un cabezazo furibundo a el defensor del conjunto azzurro.